Los empresarios mineros percibieron tempranamente las ventajas que ofrecía la electricidad como fuente de energía para las faenas extractivas. Por tanto en torno a las actividades mineras se construyen las primeras centrales generadoras de electricidad. La de Chivilingo es la primera central hidroeléctrica construída en Chile, y tuvo por objeto dotar de energía a las minas de carbón de Lota.
La Compañía Explotadora de Lota y Coronel, -sucesora de la Sociedad Cousiño e Hijos-, convencida de las ventajas de aprovechar las caídas de agua del estero de Chivilingo para generar esta nueva forma de energía, presentó una propuesta para construir una central, que fue adjudicada a la empresa norteamericana Consolidated Co. El uso de la electricidad en los piques requirió de grandes transformaciones, de las que se encargó una firma alemana. El sistema entró en funciones en 1897.
Chivilingo contó con dos turbinas tipo Pelton, provistas de dos alternadores de 250 kilowatts cada uno.
La energía se transmitía a través de una línea de 10 kilómetros de longitud, que la conducía hasta el mineral de Lota. En el mineral funcionaban varias subestaciones, que transformaban y distribuían la corriente que movía las bombas y máquinas de extracción, y el ferrocarril que transportaba los minerales, que iba por el subsuelo hasta una profundidad de 12 kilómetros bajo el mar.
La planta de Chivilingo abastecía también de electricidad a la ciudad de Lota, permitiendo a sus habitantes contar con alumbrado público eléctrico.
Año Construcción: 1897
Dirección: Río Chivilingo, 2 Km al sur de Lota
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